Vivir significa respirar y exhalar todo lo que se nos da.
Amor, odio, cariño y rencor.
Sólo debemos regular el filtro que nos ponemos, antes de la boca y la nariz.
De una u otra forma, lo bueno y lo malo traen oxígeno para sobrevivir.
Disfrutar de la existencia es una de las grandes metas.
Olores, sabores, sonidos y texturas… Se nos presentan para darnos finas coherencias.
El problema es con la imagen, la que conspira para muchas incoherencias.
Si hay otra vida después que esta, ¿es necesario hacer merito en la actual existencia?
La respuesta solo la tiene el que reflexiona su devenir pasado y presente, para merecer el futuro; mientras entiende que el tiempo físico se acorta.
Antes que nosotros están los padres y después están los hijos.
Si entre los padres y los hijos podemos encontrarnos, aquello es un haber de la vida.
Si podemos fijar a nuestros padres y proyectar a nuestros hijos, aquello un regalo del destino.
Si algo bueno te pasa, viaja para celebrarlo.
Si algo malo te pasa, viaja para olvidarlo.
Si no te pasa nada, viaja para que algo pase.
Si en la vida corres, desfalleces y duermes, no olvides contemplarte.
El mayor espectador de tus actos eres tú y, si quieres, también el editor.
Hay tiempo para curar las heridas, no hay tiempo para repetir la vida.
En la labor somos, casi todos, marineros en el mismo barco.
En la familia somos todos del mismo clan.
En la amistad somos todos y más, socios de la verdad.
En el delito somos cómplices hasta que uno delata al otro.
Lo único perpetuo es el cambio.
Cambia para mudar la piel.
Cambia para sentirte bien.
Cambia para saber del mal.
Cambia para encontrar tu ser animal.
Cambia para probar lo anhelado.
Cambia para prepararte.
Cambia para saltar al otro lado.
No olvides perpetuarte.
Recordar y evocar, sólo es para lo que alegría te debe dar.
Fijar y guardar, es para lo que algo te debe anunciar.
Olvidar y borrar es para lo que, amarga y oscura, la existencia te pondrá.
Si te has visto en la congoja, angustia y tristeza, no desesperes.
Si te has visto en la alegría, júbilo y dicha, no te detengas.
Si te has visto en la complicación, frustración e ira, dale unas vueltas.
Si te has visto en la coordinación, superación y entendimiento, fija aquello.
Camina rápido, cuando las cosas se están poniendo mal.
Camina lento, cuando el ambiente está inundado de felicidad.
Para volar, alas no necesitarás y para caminar piernas debes forjar.
He aquí la relatividad de un tiempo existencial.
Ya he visto el mundo fenecer.
Nuestras manos se secan y la piel se afloja.
Perdemos movilidad y el miedo nos desdibuja.
Corre mientras quieras y estírate lo que más puedas.
Agachate y si quieres, por ahí, gatea.
Siempre ten fija la mente acá.
Para atrás, responsable restrospectiva.
Para adelante, la mejor perspectiva.
Si te deben, cobra.
Se debes, paga.
Si tomas, bebe.
Si fumas, pitea.
Si jalas, para.
Si amas, no lo olvides.
Si odias, sentencia.
Si de temas del pasado vibras, allá está tu istmo de sabiduría.
Busca nuevas melodías de gran algarabía y simpatía.
No pongas en las romanzas melancolías, con ellas hasta filosofarías.
El ritmo es la solución, para coordinar los latidos de tu corazón.
Tener la razón es entender parte de la canción, no la composición.
De letras son las razones y de melodías son las iluminaciones.
De lo que te encanta, eso no tiene razón.
Lo que supones lleva tu co-razón.
A lo que le entregas tu alma, blinda el corazón.
Todos podemos tener fijada la convicción.
En mi caso, te he elegido a ti para completar mi misión.
Llegar a un alma paralela y darle mi observación.
En un mundo construido con toneladas de contradicción, yo quiero dar condición.
Conocimiento, sabiduría y posición sucumben ante una Alma de la Mansión.
Un palacio en los confines de cosmos, de dónde venimos tú y yo.
